Zona residencial oeste

Regresar desde el parque y organizar la tropa no le tomo mas de diez minutos, su segundo al mando era realmente eficiente y lo tenia todo controlado para cuando volvio.

Tomaron la ruta mas corta para llegar a la zon residencial antes de que anocheciera del todo pero aun asi para cuando llegaron apenas y podian ver donde tenian los pies, varios gruñidos y aullidos amortiguados resonaban en el aire para cuando vieron las primeras casas de lo que era una enorme zona residencial. David desplego la tropa en posicion de abanico que dando el en el centro por si debia correr en ayuda de alguno de sus hombres, mientras los veia David no pudo evitar observar a su alrededor, las casas alineadas y con antejardines bien cuidados, no le costo imaginar a los niños corriendo por entre las rejas persiguiendo pelotas o robustos perros.

Los mismos niños que ahora caminaban arrastrando los pies y gruñian ansiosos de sangre y carne.

Un gruñido que no podia ser producido porgargantas humanas lo saco de sus pensamientos, agudizo el odio para descubrir desde donde preocedia mientras su segundo se tensaba a la espera de ordenes.

- LA derecha.- grito.- mierda, se supone que los animales no pueden ser infectados.- mientras corria se pregunto que mas habian omitido informarle, ya habia perdido a un hombre en batalla y no podia darse el lujo de perder mas. No si aun podia luchar.

El cuerpo de uno de sus hombres, David se golpeo mentalmente por no recordar el nombre del joven, se sacudía mientras un par de enormes criaturas semi canidas lo devoraban a grandes trozos. El capitán sintió un vació en el estomago mientras su mente intentaba identificar que parte del cuerpo pertenecía la masa sanguinolenta que uno de los monstruosos canes se divertía en destrozar.

- ¡Atentos!- le grito a su gente que estaba paralizada de terror y asco.- ¡Atentos! ¡Preparen armas!- a esa orden muchos de los jóvenes reaccionaron y volvieron a su actitud profesional, David lo agradeció, no quería lidiar con un grupo de neuróticos niños aterrados.- ¡Fuego! - la ráfaga de balas atravesó el cuerpo de las bestias hasta casi convertirlas en una mancha en el piso, David supo que muchas de las balas que se dispararon, en los largos segundos que duro el tiroteo, fueron innecesarias pero también estaba conciente de que el disparo mas de las que debería haber disparado.

- ¡Alto el fuego! - grito a todo pulmón intentando hacerse oír sobre el estampido de las balas.- ¡Basta! ¡Es suficiente! - poco a poco se fueron apagando los disparos y varios suspiros nerviosos se escucharon en el silencio de la noche, toso había salido mal, si hubieron sobrevivientes en ese lugar seguro que o fueron asesinados por zombis o murieron en manos de esos perros infernales. Pero si no era así él no podría averiguarlo esa noche.

- Veámonos a los cuarteles generales, necesitamos descansar.- sin enfundar su arma comenzó a retroceder hasta el vehiculo en el que habían llegado, sus hombre agradecieron el descanso, la noche ya era cerrada y estaban asustados. David era un muy buen capitán.